Cuidados Alzheimer

Cuidadoras Ámbito Sociosanitario

En Senniors contamos con cuidadoras profesionales especializadas en el cuidado de personas mayores con Alzheimer.

Nuestras cuidadoras cuidarán a tu ser querido con profesionalidad, cariño, cercanía y mucha paciencia. Las cuidadoras de Senniors en todo momento fomentarán la autonomía de la persona mayor con Alzheimer que están cuidando, teniendo en cuenta la etapa de la enfermedad en la que se encuentra. Así, irán adaptando los cuidados con el paso del tiempo.

Nuestras cuidadoras de personas con Alzheimer ayudarán a la persona mayor a seguir viviendo en su propio hogar con la mayor calidad de vida posible, ayudándola en todas las tareas diarias y en su cuidado personal.

Un servicio personalizado, profesional y humano

Estas son las principales tareas que realizan nuestras cuidadoras. Si necesitas otro tipo de cuidados, cuéntanos qué necesitas y nosotros te asesoramos.

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Trabaja de cuidadora

Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa cuya manifestación son el deterioro cognitivo y trastornos en la conducta. Su característica más habitual es la pérdida de la memoria inmediata. Asimismo, los pacientes de Alzheimer también pueden perder otras capacidades de la mente a medida que va avanzando la enfermedad.

El Alzheimer es la forma más habitual de demencia, apareciendo en personas mayores de 65 años. 

Algunos síntomas que pueden tener las personas mayores con Alzheimer son la pérdida de la memoria, cambios de personalidad, disminución de la atención y de la orientación, dificultad a la hora de comunicarse, menos energía de la que tenían antes y deterioro en las capacidades de movimiento, 

Los cuidadores a domicilio de personas con Alzheimer juegan un papel fundamental para fomentar la autonomía de la persona meyor bajo su cuidado. Las cuidadoras deben velar porque la persona con Alzheimer tenga la mejor calidad de vida posible.

El principal síntoma del Alzheimer es la pérdida de la memoria. Uno de los primeros signos del Alzheimer suele ser la dificultad para recordar sucesos cercanos en el tiempo. A medida que la enfermedad va avanzando en el tiempo, la pérdida de la memoria suele ser mayor y otros síntomas pueden empezar a aparecer.

En una primera etapa, suele ser habitual que la persona mayor con Alzheimer sea consciente de que está olvidando eventos recientes y que le cueste ordenar sus pensamientos.

Las personas con Alzheimer pueden olvidarse de conversaciones y sucesos; perder objetos, al no recordar dónde los han puesto o guardado; repetir las mismas preguntas varias veces; perderse en lugares conocidos para ellos; tener problemas para encontrar la palabra adecuada para expresar un pensamiento concreto; con el paso del tiempo, en etapas más avanzadas, olvidar el nombre de objetos cotidianos y personas cercanas.

Asimismo, el Alzheimer produce problemas que afectan el pensamiento y la concentración, sobre todo en lo relativo a conceptos abstractos. Al igual que disminuye la capacidad para llegar a tomar decisiones razonables en situaciones del día a día. 

A medida que se va avanzando en la etapa de la enfermedad del Alzheimer, las actividades que antes eran parte de la rutina se convierten en un reto. En etapas avanzadas de la enfermedad, las personas con Alzheimer pueden llegar a olvidar tareas básicas como vestirse, lavarse los dientes, bañarse, etc.

Por otro lado, el Alzheimer también puede afectar cambios en la personalidad y en la conducta de la persona que lo padece, pudiendo aparecer depresión, aislamiento social, cambios de humor, apatía, desconfianza en otros, irritabilidad, agresividad, desorientación, pérdida de la inhibición, delirios, entre otros.

En este sentido, el rol de los cuidadores de personas con Alzheimer es fundamental. Los cuidadores deben ser un apoyo central para la persona con Alzheimer y para sus familiares. Deben ayudar a la persona que están cuidando con las tareas diarias, con el control de la medicación, ayuda con el aseo personal, con la comida y con todas las tareas que la persona mayor requiera. Pero a su vez, los cuidadores a domicilio de personas con Alzheimer deben velar por la autonomía y salud mental de la persona que están cuidando, ayudando a que no se aisle socialmente, a que no caiga en depresión y a que siga estimulando su mente. 

Los cuidadores profesionales de personas con Alzheimer deben comunicar a los familiares y médicos de la persona que están cuidando si identifican algún síntoma nuevo o identifican que hay un aumento en el deterioro cognitivo/físico de la persona. 

Los cuidadores de las personas con Alzheimer cobran especial relevancia ya que se consideran los informadores más fiables, junto con los familiares, para comunicarle al médico cuál es la evolución de la persona con Alzheimer y de hacer un seguimiento durante los periodos comprendidos entre las consultas médicas. 

Por otro lado, es preciso mencionar que muchas habilidades clave se preservan a largo plazo, incluso cuando otros síntomas van empeorando. Por ejemplo, se pueden preservar habilidades como contar y recordar historias, cantar, hacer manualidades, bailar, dibujar, etc.

Actualmente el Alzheimer no se puede atribuir a una causa concreta. Existen una serie de factores de riesgo, desde una perspectiva ambiental y genética, pero no hay una causa específica para esta enfermedad.

En lo relativo a los principales factores de riesgo del Alzheimer, se pueden señalar los siguientes:

  1. Génetica: En la aparición del Alzheimer, existen varios genes implicados, en especial, en su inicio precoz. Así, en los casos en los que un familiar directo tenga Alzheimer, hay una probabilidad entre dos y cuatro veces mayor que sus descendientes también tengan Alzheimer.
  2. Edad: El riesgo de tener Alzheimer es mayor cada vez mayor a medida que pasan los años y se superan los 65 años.
  3. Antecedentes de traumatismo craneal.
  4. Baja ejercitación cognitiva: el ejercicio cognitivo y el aprendizaje estimulan la plasticidad neurológica, por lo que cuanto menos se haya ejercitado la función cognitivo, hay un mayor riesgo en tener Alzheimer.
  5. La hipertensión arterial de larga evolución también es un factor de riesgo de Alzheimer.
  6. Dieta: una dieta basada en productos de gran contenido calórico, con niveles elevados de ácidos grasos saturados están vinculados con un mayor riesgo de tener Alzheimer. 
  7. Antecedentes de procesos depresivos.
  8. Los niveles elevados de homocisteína está estrechamente relacionada con la aparición de cardiopatías y neuropatías.
  9. El sedentarismo y la obesidad también están relacionados como factores de riesgo del Alzheimer.
  10. Otros como la diabetes, el tabaco, etc.