Enfermedades de la edad: sordera y salud auditiva

26/11/2021

Por senniors

Salud y bienestar de los mayores

Enfermedades de la edad: sordera y salud auditiva

Enfermedades de la edad: sordera y salud auditiva

La capacidad auditiva nos permite ser partícipes de la riqueza de la vida. Algo tan natural como oír es una fuente muy valiosa de información para desenvolvernos con soltura.

Sin embargo, los problemas auditivos −que suelen ser muy comunes en personas de edad avanzada− pueden limitar la información que recibimos del mundo y hacer que nos sintamos aislados. Por eso, cuidar la función auditiva es esencial para mantener un buen estado de salud. El órgano responsable de la función auditiva es el oído y sus afecciones pueden ser de diversa naturaleza.

Pérdida auditiva y sordera: definiciones y epidemiología

La pérdida de audición se define como la incapacidad de oír como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 20 decibelios (dB). La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para poder oír una conversación o sonidos más fuertes.

Por otro lado, la pérdida de audición discapacitante hace referencia a una pérdida superior a 35 dB en el oído que oye mejor.

Finalmente, la sordera determina que las personas que la padecen experimenten una pérdida de audición profunda, con una capacidad de audición muy escasa o nula.

Según la OMS, en el mundo hay 1.500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición. De estos, 430 millones (más del 5% de la población mundial) padecen una pérdida de audición discapacitante que requiere de algún tipo de rehabilitación. La previsión para 2050 es que 2.500 millones de personas presenten con algún grado de pérdida de audición.

En España, no existen datos actualizados pero se estima que más de un millón de personas padecen sordera y varios millones sufren pérdida auditiva.

Uno de los factores relacionados con la pérdida de audición es la edad. De este modo, entre los mayores de 60 años más del 25% padece una pérdida de audición discapacitante. El porcentaje sube hasta el 30% entre los 65 y 70 años y al 70% a partir de los 70.

Es remarcable el hecho de que casi la mitad de todos los casos de pérdida de audición son evitables a partir de un diagnóstico precoz, así como con intervenciones adecuadas tales como la implantación coclear o la utilización de aparatos auditivos.

Causas de la pérdida de audición y sordera

La pérdida auditiva puede producirse en cualquier persona y a cualquier edad, si bien el paso del tiempo conlleva un deterioro de las estructuras que forman parte del sistema auditivo.

La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, enfermedades infecciosas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento. En algunos casos se puede llegar incluso a la sordera.

Dependiendo de la zona afectada del oído, se puede diferenciar la sordera de tipo conductivo, que está relacionada con lesiones del oído externo y medio, y la de tipo neurosensorial, que responde a una lesión del nervio auditivo. También se puede dar una combinación de las dos.

Pérdida de audición en personas mayores

Las causas de la pérdida de audición y la sordera en la edad adulta y avanzada incluyen:

  • Enfermedades crónicas.
  • Tabaquismo.
  • Otosclerosis.
  • Degeneración neurosensorial relacionada con la edad.
  • Pérdida de audición neurosensorial repentina.

La más común suele ser la pérdida de audición relacionada con la edad o presbiacusia. El paso de los años produce una disminución de la capacidad para oír debido a la degeneración que sufre el sistema auditivo. Este proceso natural e inevitable se caracteriza por:

  • No escuchar bien en un ambiente ruidoso.
  • Problemas para entender consonantes como la s, t, p y f.
  • Se perciben peor los sonidos agudos.
  • Aparecen pitidos en el oído.

A partir de los 40 años empiezan a evidenciarse de forma progresiva los signos de una mala audición.

Una de las consecuencias negativas de la pérdida auditiva asociada a la edad es el aislamiento social que puede provocar en personas mayores si no se detecta y actúa a tiempo. En muchas ocasiones no se pide ayuda por vergüenza, o es asumido como propio de la edad y que no tiene solución. De este modo, las personas mayores afectadas dejan de participar en reuniones y actos sociales y poco a poco se van cerrando en sí mismas, lo que puede repercutir en el estado de ánimo, llegándoles a generar tristeza, ansiedad y cuadros depresivos.

En este caso, la rehabilitación auditiva mediante implantes cocleares y audífonos es eficaz en personas mayores y permite mejoras en términos de aislamiento social, depresión y desempeño auditivo.

Prevención

La prevención de la pérdida de audición es fundamental a lo largo de la vida, especialmente en edades avanzadas. Las causas evitables más comunes de pérdida de audición en los adultos son la exposición a sonidos fuertes y los tratamientos con medicamentos ototóxicos.

En cuanto a la pérdida de audición fisiológica asociada a la edad, la detección temprana es fundamental para poder ofrecer un tratamiento eficaz. Para ello, es esencial realizar un cribado sistemático para detectar la pérdida de la audición o la presencia de una enfermedad otológica en aquellas personas de mayor riesgo.

Tratamiento de la pérdida auditiva

La pérdida auditiva asociada a la edad no tiene cura. Su tratamiento está enfocado a conseguir ciertas mejoras funcionales, gracias al uso de audífonos y sistemas para amplificar la audición.

Sin embargo, solo un 17% de todas las personas que podrían beneficiarse de utilizar un audífono lleva uno. De este modo, es evidente que se debe concienciar a las personas mayores y sus familias de la necesidad de revisar la situación de su sistema auditivo e implementar las acciones necesarias para optimizar su funcionamiento.

Las medidas disponibles para rehabilitar a las personas con pérdida de audición incluyen el uso de tecnologías auditivas, como audífonos, implantes cocleares e implantes de oído medio.

En el caso de sordera o situaciones más irreversibles pueden ser útiles otras actuaciones como el uso del lenguaje de signos y otros medios de sustitución sensorial, como la lectura de los labios, el sistema de «deletrear» palabras en la palma de la mano, etc., así como la terapia rehabilitadora para mejorar las habilidades perceptivas y desarrollar capacidades lingüísticas y de comunicación.

La salud auditiva es importante. Para combatir la sordera es importante la prevención. En caso de que sea necesario, los audífonos pueden propiciar la mejora de la calidad de vida al recuperar la audición y normalizar la relación con el entorno.

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