El edadismo está presente en todas las esferas sociales: en las instituciones, el entorno laboral, el ámbito de los servicios sociosanitarios, en los medios de comunicación, en el ordenamiento jurídico, etc.
De este modo, el edadismo contra los mayores se reconoce en una de cada dos personas a nivel mundial. En Europa, un tercio de la población afirma haber sido objeto de edadismo, siendo una situación visible en todos los estratos de la sociedad.
Desde edades muy tempranas, los niños empiezan a percibir en su entorno los estereotipos y prejuicios culturales relacionados con la edad y son capaces de interiorizarlos rápidamente. De este modo, se trata de un estigma social fuertemente arraigado con un claro recorrido transversal.
Además, uno de los principales problemas es que la mayoría de las personas utilizan los estereotipos y participan del edadismo de manera inconsciente.
El edadismo está presente en todas las esferas sociales: en las instituciones, el entorno laboral, el ámbito de los servicios sociosanitarios, en los medios de comunicación, en el ordenamiento jurídico, etc.
De este modo, el edadismo contra los mayores se reconoce en una de cada dos personas a nivel mundial. En Europa, un tercio de la población afirma haber sido objeto de edadismo, siendo una situación visible en todos los estratos de la sociedad.
Desde edades muy tempranas, los niños empiezan a percibir en su entorno los estereotipos y prejuicios culturales relacionados con la edad y son capaces de interiorizarlos rápidamente. De este modo, se trata de un estigma social fuertemente arraigado con un claro recorrido transversal.
Además, uno de los principales problemas es que la mayoría de las personas utilizan los estereotipos y participan del edadismo de manera inconsciente.
Las personas acaban utilizando los estereotipos sobre la edad para extraer conclusiones y orientar sus sentimientos y su comportamiento hacia las personas y hacia ellos mismos en función de la edad.
El edadismo tiene consecuencias graves y de gran alcance para la salud, el bienestar y los derechos humanos de las personas.
En el caso de las personas mayores, el edadismo se asocia con una menor esperanza vida, una salud física y mental más deficiente, una recuperación más lenta de la discapacidad, un mayor deterioro cognitivo y una menor visibilidad y participación en la vida pública. Todo ello puede ser consecuencia de:
Luchar contra el edadismo es tarea de todos. Sensibilizar a los ciudadanos, a los medios de comunicación, a las instituciones públicas y al resto de los estamentos de la sociedad en busca de un mayor respeto hacia las personas de más edad es una tarea esencial de nuestro tiempo, máxime cuando el envejecimiento de la población es un hecho palpable día a día.
Existen diversidad de herramientas disponibles para hacer frente al edadismo. En primer lugar, es preciso comprender y asimilar de forma natural el envejecimiento como una etapa más de la vida. También es necesario contrarrestar los conceptos negativos y estereotipados que homogenizan los colectivos en función de la edad con el reconocimiento de la diversidad dentro de cada etapa de la vida, especialmente en las personas de más edad. Los cambios debidos a la edad deben ser objeto de respeto. Por último, se debe fomentar la participación informada de las personas mayores en la toma de decisiones, especialmente en aquellas en las que están implicadas. Nadie debe decidir por ellas.
En definitiva, las estrategias para reducir el edadismo deben incluir actuaciones a nivel político y legislativo, a nivel educacional y aquellas que fomenten la interacción intergeneracional.
Un día, si todo va bien, serás mayor. Prepárate para tu futuro, lucha contra el edadismo.
En Senniors nos importan las personas mayores de verdad, por eso podemos ofrecer todos los cuidados que necesitan.