El factor de riesgo más importante para padecer una enfermedad grave es la edad. De este modo, la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las afecciones neurológicas y la diabetes, entre otras patologías, aumenta significativamente con el paso de los años. Y cuanto mayor es una persona, es más probable que tenga múltiples enfermedades crónicas.
Sin embargo, el envejecimiento no es simplemente cumplir años. Se trata de un proceso −hasta la fecha inevitable− consecuencia de la acumulación en el tiempo de una gran variedad de daños moleculares y celulares, que conlleva un deterioro gradual en la capacidad física y mental, y el aumento del riesgo de enfermedad y de muerte.
El envejecimiento o el deterioro biológico y molecular se relaciona directamente con la longevidad o capacidad de alcanzar una edad avanzada. En la actualidad, averiguar el modo de revertir o atenuar el envejecimiento y fomentar la longevidad constituye un creciente campo de investigación.
Por primera vez en la historia, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Según la OMS, en 2050, se espera que la población mundial mayor de 60 llegue a los 2000 millones, un aumento de 900 millones con respecto al año 2015.
El objetivo para los próximos años es que la esperanza de vida pueda seguir aumentando, mientras los cambios relacionados con la edad se puedan producir gradualmente, en un proceso de «envejecimiento saludable«. Se trata de una condición en la que las personas mayores no muestren enfermedades o discapacidades significativas, mantengan una función cognitiva razonable y puedan ser partícipes de una vida activa.
El envejecimiento es un proceso complejo cuyos mecanismos a nivel celular y molecular empiezan a ser entendidos. No existe unanimidad entre los científicos, pero se pueden definir diversos procesos que forman parte o contribuyen al proceso del envejecimiento.
Estrés oxidativo e inflamación crónica. El estrés oxidativo, expresado como un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno y las defensas antioxidantes, se considera un mecanismo relevante involucrado en el proceso de envejecimiento. De este modo, se vincula a la patogenia de muchas enfermedades relacionadas con la edad.
Por otro lado, el papel de los procesos inflamatorios de bajo grado como mecanismo fisiopatológico y factor de riesgo de muchas enfermedades relacionadas con el envejecimiento ha podido ser destacada en diversidad de estudios.
Disfunción celular. Esta incluye cambios en las células madre que hacen que no se regeneren tejidos y se produzca la acumulación de células envejecidas o senescentes.
Parece existir un umbral de células senescentes por encima del cual empiezan a producirse la fragilidad, las enfermedades crónicas y el aumento de la mortalidad.
Desórdenes metabólicos. La hiperglucemia y los trastornos en los niveles de insulina promueven el deterioro y el envejecimiento a través de muchas vías bioquímicas. De igual modo, varios mecanismos relacionados con la edad pueden determinar alteraciones en la síntesis y actividad de las lipoproteínas que tienen como resultado la dislipidemia.
Mecanismos genéticos y epigenéticos. Uno de ellos son los telómeros, fragmentos de ADN que cubren ambos extremos de cada cromosoma y desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad e integridad del material genético. Dado que la longitud de los telómeros se reduce después de cada división celular, esta y la velocidad de disminución se relacionan con la mortalidad. Además, se cree que el acortamiento de los telómeros se acelera por condiciones como el aumento del estrés oxidativo y la inflamación.
El factor de riesgo más importante para padecer una enfermedad grave es la edad. De este modo, la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las afecciones neurológicas y la diabetes, entre otras patologías, aumenta significativamente con el paso de los años. Y cuanto mayor es una persona, es más probable que tenga múltiples enfermedades crónicas.
Sin embargo, el envejecimiento no es simplemente cumplir años. Se trata de un proceso −hasta la fecha inevitable− consecuencia de la acumulación en el tiempo de una gran variedad de daños moleculares y celulares, que conlleva un deterioro gradual en la capacidad física y mental, y el aumento del riesgo de enfermedad y de muerte.
El envejecimiento o el deterioro biológico y molecular se relaciona directamente con la longevidad o capacidad de alcanzar una edad avanzada. En la actualidad, averiguar el modo de revertir o atenuar el envejecimiento y fomentar la longevidad constituye un creciente campo de investigación.
Por primera vez en la historia, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Según la OMS, en 2050, se espera que la población mundial mayor de 60 llegue a los 2000 millones, un aumento de 900 millones con respecto al año 2015.
El objetivo para los próximos años es que la esperanza de vida pueda seguir aumentando, mientras los cambios relacionados con la edad se puedan producir gradualmente, en un proceso de «envejecimiento saludable«. Se trata de una condición en la que las personas mayores no muestren enfermedades o discapacidades significativas, mantengan una función cognitiva razonable y puedan ser partícipes de una vida activa.
El envejecimiento es un proceso complejo cuyos mecanismos a nivel celular y molecular empiezan a ser entendidos. No existe unanimidad entre los científicos, pero se pueden definir diversos procesos que forman parte o contribuyen al proceso del envejecimiento.
Estrés oxidativo e inflamación crónica. El estrés oxidativo, expresado como un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno y las defensas antioxidantes, se considera un mecanismo relevante involucrado en el proceso de envejecimiento. De este modo, se vincula a la patogenia de muchas enfermedades relacionadas con la edad.
Por otro lado, el papel de los procesos inflamatorios de bajo grado como mecanismo fisiopatológico y factor de riesgo de muchas enfermedades relacionadas con el envejecimiento ha podido ser destacada en diversidad de estudios.
Disfunción celular. Esta incluye cambios en las células madre que hacen que no se regeneren tejidos y se produzca la acumulación de células envejecidas o senescentes.
Parece existir un umbral de células senescentes por encima del cual empiezan a producirse la fragilidad, las enfermedades crónicas y el aumento de la mortalidad.
Desórdenes metabólicos. La hiperglucemia y los trastornos en los niveles de insulina promueven el deterioro y el envejecimiento a través de muchas vías bioquímicas. De igual modo, varios mecanismos relacionados con la edad pueden determinar alteraciones en la síntesis y actividad de las lipoproteínas que tienen como resultado la dislipidemia.
Mecanismos genéticos y epigenéticos. Uno de ellos son los telómeros, fragmentos de ADN que cubren ambos extremos de cada cromosoma y desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad e integridad del material genético. Dado que la longitud de los telómeros se reduce después de cada división celular, esta y la velocidad de disminución se relacionan con la mortalidad. Además, se cree que el acortamiento de los telómeros se acelera por condiciones como el aumento del estrés oxidativo y la inflamación.
En la actualidad, existen diversidad de estrategias antienvejecimiento en plena investigación y desarrollo, que incluyen procedimientos como:
En estos momentos existen multitud de grupos de investigación y de empresas que están involucrados en ensayos clínicos que abordan las diferentes causas del envejecimiento y la manera de revertirlo, para promover una longevidad saludable.
Continuará…
Las enfermedades relacionadas con la edad no solo afectan a la calidad de las personas mayores, sino también a los miembros de la familia que los cuidan.
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