Según la OMS, en 2030 la cifra de personas de 60 años o más en el mundo habrá aumentado en un 34% (de 1.000 millones en 2019 a 1.400 millones). Para 2050, la población mundial de personas mayores será más del doble y alcanzará los 2.100 millones.
En España, a comienzos de 2019 había 9.057.193 personas mayores de 65 años (cerca del 20% del total de la población), con una evolución ascendente. De este modo, en 2068 podría haber más de 14 millones de personas mayores (sobre el 30% del total poblacional).
Según la OMS, en 2030 la cifra de personas de 60 años o más en el mundo habrá aumentado en un 34% (de 1.000 millones en 2019 a 1.400 millones). Para 2050, la población mundial de personas mayores será más del doble y alcanzará los 2.100 millones.
En España, a comienzos de 2019 había 9.057.193 personas mayores de 65 años (cerca del 20% del total de la población), con una evolución ascendente. De este modo, en 2068 podría haber más de 14 millones de personas mayores (sobre el 30% del total poblacional).
Los factores que influyen en el proceso del envejecimiento son complejos. En el plano biológico, el paso del tiempo conlleva la aparición de una gran variedad de daños moleculares y celulares, cuya acumulación progresiva aumenta el riesgo de padecer diversas afecciones y patologías.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2017 las enfermedades de larga duración están presentes de forma importante en las personas mayores. El 22,8% de ellas padecen diabetes, un 22,2% presentan obesidad y el 41,5% sobrepeso. El colesterol elevado está presente en torno al 40% de las personas mayores y la hipertensión está presente en cerca del 50%. La artrosis es otra afección muy común en las personas de edad avanzada, especialmente en las mujeres (más del 50%).
Además de los factores genéticos, en los problemas de salud, especialmente en las patologías crónicas, influyen fuertemente el entorno y los factores de riesgo relacionados con el comportamiento del individuo.
El envejecimiento saludable se puede definir como el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. De este modo, el reto está en no solo poder vivir más años, sino que estos estén asociados a una buena salud.
La mayor parte de la carga de morbilidad en la edad avanzada es debida a enfermedades no transmisibles. Por tanto, los factores de riesgo asociados a estas afecciones deben ser objetivos importantes en la promoción de un envejecimiento saludable.
Un estilo de vida saludable para personas mayores con el fin de reducir la morbilidad y la mortalidad en la edad avanzada, junto con el control de factores de riesgo metabólicos, deben fomentarse durante toda la vida y continuar durante la vejez.
Entre otros, se debe prestar atención a los siguientes elementos:
En Senniors disponemos de planes de cuidados a la medida de todos los pacientes.